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Mostrando las entradas de agosto, 2010

Pensar la cancha

Carajo ... estoy lejos de Villoro como Manolo Lapuente de Guardiola. =================== Pensar la cancha Juan Villoro 27 Ago. 10 El hombre es el único animal que se detiene a ver el mar y entiende que las olas sirven para pensar. Los entrenadores de futbol reproducen en el estadio el arte de mirar el horizonte en pos de inspiración. Hombres de la orilla, deben sondear las profundidades sin empaparse. La liga más seguida del planeta tendrá a los protagonistas de siempre, el Real Madrid y el Barcelona, pero incluirá un excepcional duelo de inteligencias: el portugués José Mourinho contra el catalán Josep Guardiola. Aparte de ser tocayos y vivir en estado de alerta futbolística, ¿qué tienen en común? Se ha llegado a decir que estamos ante una disputa filosófica, el nuevo banquete de Platón. La verdad es que Mourinho y Guardiola aplican una inteligencia práctica, destinada a controlar unas pulgadas de la cancha. Sugerir que esta habilidad pertenece a la epistemología es un

El fútbol

Espero que N. perdone la invasión a la privacidad entrambos, pero luego de releer esto, incluso a mi me gustó. Vaya un fragmento de una carta (virtual) que le acabo de enviar. El contexto es el partido entre el Querétaro y el América. " Adorable y adorada N.,  Que alegría ir hoy a la cancha, al rectángulo verde. Al Estadio. En Inglaterra llaman al campo del Manchester United, al igual que una obra de Shakespeare,  Theatre of dreams . Hoy, algo en mi recuperará la infancia. Se que no viviremos lo mismo, que nuestras experiencias infantiles son radicalmente distintas; sin embargo, espero pases un rato amable.  Entre muchos de nuestros conocidos, el fútbol es una ordinariez, 22 estúpidos corriendo detrás de una pelota, siendo observados por otros 40 mil estúpidos en el estadio, y millones de estúpidos más a través de las pantallas de la TV. Escuchar eso, me duele.   Me duele porque el fútbol no es eso para mi. Tiene una especial relación con mi vida. Junto con los libros, fue un

Soy ...

No nací. Tampoco fui creado. Existo, como existen los sueños y las pesadillas. El universo cobra sentido conmigo. Soy, y al ser, doy la vida y la arrebato, como Esculapio. No conozco límites, salvo la línea y el cuadrante. Me gusta llevar todo hasta las últimas consecuencias. Estoy afuera del todo, y al margen de la nada: piso en el espacio. Habito la noche, soy la causa del insomnio. Animal del alba, del cansancio. Bestia voraz que te acecha, lateral, en medio de la oscuridad: soy el devorador de sueños. Aguijón, puntilla, dolor que produce dolor, herida. Ataco por las bandas de la cama, hasta la cabecera, allí donde los sueños nacen y se desvanecen, donde acomete la irrealidad. Como extremo, como lateral, doy movimiento al plano horizontal de la existencia: ora la ensancho, ora la acorto; ora la angosto, ora la alargo. Soy luz en medio de la luz: luciérnaga. Muchos me han convocado, he leído referencias mías en enciclopedias góticas, en manuales rosacruces, y en el libro de los Vedas