Comencé a saber de AMLO, cuando el desafuero: la farsa montada por el PRIAN para despojarlo de su cargo e impedirle estar en la boleta 2006. Recuerdo, conmovido, el momento donde grita al borde de las lágrimas, ante un zócalo repleto antes de ir a la Cámara de Diputados: "Ya sé que no estoy solo: los quiero, desaforádamente" . Fui testigo en el canal de Congreso sel discurso conocido como "yo acuso", y los bien fundamentados argumentos de los defensores del PRD contra las farsas de priístas y panistas. Al fin, el desafuero se consumó. Ese día, Fox en tono de sorna, afirmó: "hoy México ha dado una gran lección de democracia al mundo...".
Recuerdo las transmisiones por televisión de esos días: los enojos de AMLO, el discurso de la legalidad de los defensores del Estado de Derecho y el no se puede dudar de los ciudadanos que contaron la elección, ... y los balseros de San Blas, increíble relato que ocupó las pantallas de aquel julio-agosto, para diluir la protesta social mexicana, de las más grandes en número y duración en el país, en América y quizás en el munso entero. Me viene a la memoria una emisión de Pedro Ferriz, con odio y rabia en la voz, hablando de la protesta: "Andrés Manuel, entiende: ERES UN CA-DÁ-VER POLÍTICO"
Acudí a la histórica marcha del 31 de julio, 2006. Millones de personas indignadas, no sólo los 200 mil que dijeron los medios. Acudí a los campamentos de Reforma. El ambiente era de esperanza, festivo, alegre. También de rabia, desencanto. Presencié conferencias magníficas de Paco Ignacio Taibo II ("Y Villa había establecido: pasar por las armas al que cometiera fraude electoral"), o de Lorenzo Meyer. Grandísimos maestros, amenos, divertidos. Curso acelerado de historia de México, enseñanza in situ: la historia de la Nación, estaba en esos templetes, casas de campaña.
Por aquellos días, AMLO pronunciaba un discurso a las 7 PM. Recuerdo un par de ocasiones, con aguaceros torrenciales que iniciaban a las 6, y cesaban cuando López Obrador salía a dar su parte informativo. Al concluir, el agua volvía a caer. Era mágico imaginar que Tláloc se unía a quienes escuchaban el discurso.
El Tribunal Electoral falló en contra de la democracia, y dió el triunfo a Calderón. Ese día, la desesperanza anidó en mi corazón. Lloré inclusive.
Luego de una derrota así, un político "tradicional mexicano", habría tomado un descanso de dos o tres meses, se acomodaría dos años en un escritorio a despachar apoyos, cuotas y "bendiciones" a lo largo del país. En 2009, buscaría una pluri, sería coordinador de bancada, renunciaría a la Cámara a principios del año 2012 y volvería a la campaña presidencial. No así AMLO: recorrió todos los municipios del país (más de 2,500). Se dedicó a formar la estructura, primero del Gobierno Legítimo, y luego del MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional). Admirable y titánica labor, nunca realizada por persona alguna en la historia nacional. Recuerdo su visita a Amealco, allá por 2008, ante una reducida audiencia, llevando su mensaje: sólo el pueblo, puede salvar al pueblo. ¿Qué energía ha de tener un hombre así, para dar un discurso ante millones de personas, o ante sólo 100 asistentes con la misma pasión y entereza? En esas visitas a provincia, obtuve un par de mis más caros tesoros: una foto y un libro con la firma: "Para mi amigo Sergio: Andrés Manuel". Siguió llenando el Zócalo cuantas veces convocó al pueblo, para desgracia de sus detractores, quienes siempre hablaron de que ahora sí, el Zócalo luciría vacío. ¿Qué extraño caso de este luchador social, que sin elección o evento importante de por medio, hace rebosar de personas la plaza pública más emblemática de México?
Recuerdo la lucha en defensa del petróleo: el tesorito de las aguas profundas, las Adelitas, las consultas en todas las plazas públicas del país donde se preguntaba a los ciudadanos si estaban o no a favor de la entrega de los recursos de la Nación a manos extranjeras, y en el Congreso Federal en los foros de la Reforma Petrolera a Bartlett, García Ramírez, Jimenez Espriú y muchos más, dando conferencias magníficas de petróleo y soberanía nacional. Al final, se impuso la cordura y no se privatizó el petróleo de todos los mexicanos. Recuerdo a Calderón anunciar en televisión la parchada reforma energética como un gran logro. Hago memoria y acuden a ella los bonos del petróleo, que costarían 100 pesos. Esos bonos siguen ausentes, así como la nueva refinería de Hidalgo, prometida por el Presidente del Empleo como concluída antes de concluir su mandato.
Así llegó el 2012, arrastrando la inevitabilidad de Peña Nieto. Confieso que mi voto seguía con AMLO, pero a principios del año, no le veía grandes posibilidades. Me asombró la convocatoria que tuvo en El Marqués, a principios del año, un lleno que no conocía en esa plaza, históricamente priísta. Visitó también San Juan del Río, donde se repitió la historia: plaza llena, donde llovía en la previa, y cuando AMLO llegó, el agua dió paso al discurso: inclusive salió el sol.
Tal es mi percepción, algo que no viví en 2006: hoy advierto mucho apoyo a favor de AMLO. Veo un desencanto con el PAN, por su inoperancia gubernamental: el nulo crecimiento económico, aunado a la violencia desmedida, abonan en ello. Para muestra, el lamentable desempeño de su candidata: la grisura de su campaña, recuerda los años de Labastida y Madrazo. Campañas por cumplir. Me queda claro que se configura una especie de voto útil en favor del Peje, por darle chance, por ver si este cumple, si no falla como el deslenguado Fox. Nunca me han encuestado, pero mi percepción social, es que habrá MUCHÍSIMOS VOTOS en favor de AMLO.
Me quedan claras las fallas de AMLO: su autonombramiento como presidente legítimo, incorporar a Manuel Bartlett a sus filas, tener operando a Bejarano, dejar pasar la cena donde se pide dinero en su nombre y sin su consentimiento. Sin embargo, no estamos pidiendo un novio para las hijas, ni un mesías inmaculado: la honestidad a toda prueba, es algo que muy pocos políticos pueden presumir en México. La honrosa medianía, no es poca cosa en el país de los Hank, Montiel, y más recientemente los Germán Martínez, César Nava y muchísimos más. Me sorprende el amor que he visto en las personas que lo quieren, y en cómo AMLO se acerca al pueblo. Ancianas de campo, curtidas por el sol y los años, lo abrazan y con llanto en los ojos le dicen: "Usted no nos vaya a fallar". Admiro su efectividad para comunicar el mensaje al pueblo raso. Sin elucubraciones ni vuelos retóricos. Las palabras que deberían ser inherentes a un funcionario: honestidad, servicio al pueblo, medianía, no a la corrupción, etc., vuelven a recobrar sentido. Las mismas palabras que en voz de Josefina, Enrique o Gabriel me suenan falsas, huecas, insulsas: un guión prestablecido, y nada más.
No soy ingenuo: no veo en AMLO el salvador de la patria: sin embargo, es el único candidato que ofrece algo que otros no: esperanza. La posibilidad de que las cosas se hagan de manera distinta. De que en parte, se acabe la corrupción, los privilegios. No más barcos de PEMEX al triple de su costo. No más toallas de 4 mil. No más un gober precioso con bellísimas botellas de coñac. No más una deuda de 31 mil millones de pesos. No más "prestaciones" a los altos funcionarios, a costillas del pueblo raso: gastos médicos mayores, escoltas, viajes, celulares, comidas, ostentación. "Por el bien de todos, primero los pobres" no lo veo como una diferenciación social: es elemental justicia. Porque recuerdo a mi abuela, y sus dichos: "el que come y no da, ¿qué corazón tendrá?"
¿Qué pienso del posible conflicto poselectoral? Los llamados del IFE y muchos intelectuales a "no hablar de fraude", me remiten a una analogía: ¿quién confiaría en alguien que dijera: SOY PERFECTO Y NO ACEPTO RÉPLICA DE ELLO?.
Voy con AMLO porque en las listas de pluris del PRIAN, veo a Cordero, a Cocoa Calderón, a Deschamps, a Gamboa Patrón ("Echamos para atrás esa chingadera, papá"), al niño Verde (a quien vimos en un video sobornando a un empresario en Cancún), a Ninfa Salinas, a la telebancada mediática. Porque el PRI no se deslindó de sus gobernadores cuando los vimos cometiendo ilícitos (Remember Lidya Cacho y Mario Marín), sino ahora, cuando pide el voto. Porque no es lo mismo, 70 mil familias enlutadas, que un plantón de 50 días en Reforma. Porque EPN suscribió en lo oscuro, un acuerdo para la no alianza PAN-PRD en el Edomex. Porque el PAN, con doce años de gobierno fallido, me dice que ahora sí será diferente. Porque no quiero más periodistas asesinados en la impunidad.
Voy con AMLO, porque no creo que sea ridículo, hablar de amor al prójimo. Porque es el único que ha nombrado el estado de bienestar (bien estar), la defensa de los recursos de la Nación, la no privatización de las empresas públicas, que sólo han beneficiado a unos cuantos que podemos consultar en la lista de Forbes. Voy con AMLO porque no me gusta perder a la mala, con fraude. Porque habla de la solidaridad entre las personas.
Voy con AMLO porque muchos de los artistas emblemáticos del México actual (Demian Alcázar, Joaquín Cossíoel cochiloco, Demián Bichir nominado al Óscar, Gael García, Dolores Heredia) e intelectuales (Lorenzo Meyer, Sergio Aguayo, Jorge Volpi, Juan Villoro) votarán de la misma forma. Voy con AMLO porque los periodistas más nefastos de la historia (López Dóriga, Mario Beteta, Ferriz de Con, Ruiz Healy, Ricardo Alemán, Sánchez Susarrey, Pablo Hiriart, Enrique Krauze, Aguilar Camín, Leo Zuckerman...) se oponen a su llegada. Porque no hay una sola universidad - cuna del entendimiento en cualquier ciudad o estado-, que en sus sondeos haya fallado en colocar a AMLO en primer lugar. Por la gente que está en su gabinete. Porque sé que un voto inteligente, es por el candidato de la izquierda.
Voy con AMLO, porque es un honor estar, votar y seguir con Obrador.
Sergio OL
Ingeniero en Sistemas Computacionales
Ex campeón nacional y seleccionado de ajedrez
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