Algo extraño, sucede en el país.
¿Qué tiene una persona que, a pesar de la derrota "por los pelos", sigue teniendo un liderazgo incontestable?
16 de Septiembre, la CND. Lluvia pertinaz; un diluvio en la capital de la República, y NADIE se movió de su lugar en el Zócalo. AMLO promete tomar protesta como presidente legítimo, el próximo 20 de noviembre.
20 de Noviembre, la toma de protesta como presidente legítimo. Un frío que calaba hasta los huesos. La promesa de los comunicadores responsables, diciendo que López Obrador, cometería el suicidio político más grande jamás presenciado en la historia nacional.
Un zócalo pletórico, repleto. Un millón o 150 mil personas. La cifra, cuando no hay nada en juego; cuando la presidencia formal se ha perdido en por lo menos seis años, se antoja increíble, imposible. López Obrador, el político más inasible de las últimas décadas, quizás el único líder que tiene este momento el país, toma protesta solemne. 20 puntos de propuesta, tendientes a mejorar las condiciones de la población. O por lo menos, a que no se empeoren.
El fenómeno López Obrador está ahi. Es incuestionable. Pide, exige ya análisis formales y serios. No los pontificadores televisivos. No los intelectuales del Reforma. Tampoco, los periodistas de LaJornada. Esto, ya rebasó las expectativas.
Afortunádamente, La Derecha, el Yunque o quien se quiera, no leen a Sun Tzu o Maquiavelo. Al enemigo hay que destruirlo; de otra forma, renacerá y quizás con más fuerza. El golpe en contra de AMLO fue brutal, pero no acabaron con el. En política, como en la vida, la suerte, la fortuna o el azar ... ¿Qué pasará?
Czerjyo
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