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La síntesis de lo imposible

“¿Qué habría pasado si…?”, es desperdiciar el tiempo en quimeras: hablar de lo imposible. Sin embargo, ¿Qué habría pasado si George Best (1946-2005), no tuviera ese apellido? Borges, tomando el modelo de W.W. Jacobs (“La pata de mono”), pero quizás hablando en primera persona, escribió relatos donde el poseedor de un don, de una virtud o habilidad superlativa, recibe una tara adversa, igual de magnífica, pero la inversa…y en ocasiones, superior. “A toda acción, corresponde una reacción, de igual magnitud y dirección, pero en sentido contrario” – nos heredó Newton en los Principia Matemática.

George Best, fue el mejor jugador que ha legado el Reino Unido. La leyenda de este jugador de excepción, comienza con un curioso telegrama: “Fecha, 1961. De: Bob Bishop. Para: Matt Busby, director técnico Manchester United Football Club. Mensaje. He descubierto un genio. Tiene el físico de un palillo, pero es un genio. Fin”. 1963 marcó el inicio de una historia paradigmática de ascenso y caída de un icono futbolístico, quizá la primera víctima de la mediatización del fútbol. Después de su debut con los diablos rojos, el caracter mesmérico que influía en la pelota, encandiló las tribunas del Teatro de los Sueños.

Jugador completo en toda la extensión de la palabra, un adelantado a su tiempo. Anticipando en diez años al fútbol total de Rinus Mitchell, Best podría calificar como “el futbolista total”. Con igual precisión para el pase corto y largo, jugaba con ambas piernas. Físico excelente, perfecto balance, excelso remate de cabeza. Elegancia, potencia, perfección. Media punta, no desdeñaba la labor defensiva cuando la situación lo requería: el futbolista perfecto, la síntesis de lo imposible.

La temporada 1964-65, encumbró a Best a las alturas, destacando mas que sus compañeros Bobby Charlton y Denis Law. Matt Busby, entrenador del Manu, lo definió así: “Nunca he visto un jugador con tantos regates y variantes del regate. Los defensas rivales, giran tanto para buscarlo, que terminan con las piernas hechas un nudo. Deben tener hasta la sangre torcida” Fue motivo de su corte de pelo, cuando la moda futbolística era el cabello corto, que fue bautizado por la fanaticada como “El Quinto Beatle”. Tenía facultad para hacer lo que le viniera en gana: un compañero le apostó a que no anotaría en la primera jugada de un partido. Best, aceptó el desafío. Luego del saque inicial, tomó la pelota, y después de driblar a siete adversarios, entró con todo y balón a la meta contraria. Irreverente, icono de la moda, desaparecía de los entrenamientos, y dos semanas después, aparecía ante el mejor postor, para vender la exclusiva: “¿Quieren saber dónde estaba?” Un Beckham de los años 60 (Hablando del Spice Boy, en 2002, Best dijo lo siguiente: “No tiene físico, no le pega con las dos piernas, no sabe cabecear, no es goleador. Fuera de eso, es buen jugador”), con todas las mujeres y el alcohol a sus pies. “Dicen que anduve con siete miss universo. No es verdad, solo fueron cuatro. A las otras no las busqué”. En 1967, Best llevó al Manchester United al título en la copa europea de clubes: en semifinales, derrotaron 4-3 al Real Madrid y en la final, al experimentado Benfica de Portugal de Eusebio, por el escandaloso marcador de 4-1. Ese año, “Bestie” fue nombrado el mejor futbolista europeo.

Cuenta la leyenda, que cada cierto tiempo, la diosa del fútbol, busca un mortal para entregarle la esencia que contagia de alegría a la pelota. ¿A cambio? Fidelidad. Un desfile de bellas mujeres compartiendo el amor de su hombre, es mas de lo que cualquier diosa o mujer puede soportar. La diosa, loca de celos, lo abandonó. Best, aun la buscó, en vano. La pelota, no volvió a sonreir.

A partir de ahí, la caída: el éxito máximo, decían los griegos, siempre tiene el germen de la palabra fin. Asediado por los medios, en medio del glamour y la pasarela, Best comenzó su declive. El legendario Matt Busby, aun tenia cierto poder sobre el. Sin embargo, cuando este deja la institución en 1969, Best abandona el futbol, y se dedica mas al jet-set. Funda (sin éxito) cadenas de boutiques y restaurantes. El alcohol, las mujeres, la vida nocturna, hacen estragos en su salud, y a los 26 años, deja por la fuerza el club de sus amores. Aun trató de recuperar el tiempo perdido, pero fue inútil. Quedaba la genialidad, pero no el fondo físico. El enorme proyecto de futbolista que fue, quedó para el recuerdo, en la memoria de aquellos que lo vieron jugar.

“Tuve mucho dinero. Gasté en mujeres, autos deportivos y alcohol. El resto, simplemente lo derroche. En una ocasión, O Rei fue cuestionado acerca del mejor jugador que había visto. Sin dudarlo, contestó: George Best.

George Best, el mejor jugador del mundo de finales de los 60, miembro del exclusivo club VIP de los Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona, falleció el pasado 25 de noviembre. Descanse en paz.

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