Ahora que nos invaden los súperhéroes gringos (de Batman a Linterna Verde) llega a mi memoria un viejo y a veces olvidado, aunque no del todo, recuerdo de mi vida: tuve en mi infancia y temprana adolescencia, la suerte y el privilegio de escuchar la radionovela de un superhéroe mexicano: Kalimán, el hombre increíble. Cómo olvidar su descripción: el 1.90 de estatura y 90 kgs de poderosa musculatura, su fino turbante coronado con una esmeralda, blanca casaca de seda con botonadura de oro, pantalón ajustado al estilo hindú.
¡Que lejos está Kalimán, un príncipe indio de los traumas de un Bruno Díaz o de Peter Parker! Kalimán fue un tipo con la mejor educación posible: filantropo, gran atleta, trajo a mi país un esbozo de los conocimientos esotéricos que aunque primarios, aún calan hondo en la gente de mi generación: "Serenidad y paciencia, mucha paciencia" decía en momentos de incertidumbre y complicación. "Siempre habrá un camino cuando se mira con los ojos de la inteligencia" era otro de sus conocidos aforismos.
Kalimán es un héroe franco: nunca utilizó armas, a lo mucho su daga de pedrería: era por medio del aforismo 'gnose te ipsum' que Kalimán tenía sus fantásticos poderes: sus ejercicios de yoga y meditación, ocasionaban que , por ejemplo, aunque durmiese una hora o menos, podía estar tan descansado como si lo hiciera por ocho horas.
Kalimán, ¡el hombre increíble! Aquí un fragmento de la entrada que aún hoy, me sigue emocionando ...
¡Que lejos está Kalimán, un príncipe indio de los traumas de un Bruno Díaz o de Peter Parker! Kalimán fue un tipo con la mejor educación posible: filantropo, gran atleta, trajo a mi país un esbozo de los conocimientos esotéricos que aunque primarios, aún calan hondo en la gente de mi generación: "Serenidad y paciencia, mucha paciencia" decía en momentos de incertidumbre y complicación. "Siempre habrá un camino cuando se mira con los ojos de la inteligencia" era otro de sus conocidos aforismos.
Kalimán es un héroe franco: nunca utilizó armas, a lo mucho su daga de pedrería: era por medio del aforismo 'gnose te ipsum' que Kalimán tenía sus fantásticos poderes: sus ejercicios de yoga y meditación, ocasionaban que , por ejemplo, aunque durmiese una hora o menos, podía estar tan descansado como si lo hiciera por ocho horas.
Kalimán, ¡el hombre increíble! Aquí un fragmento de la entrada que aún hoy, me sigue emocionando ...
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