El Niño Mouriño
Guadalupe Loaeza
30 Sep. 08
El Niño Mouriño, además de ser una persona sumamente importante, es guapo y de lo más cool. A él no le importan las críticas que hacen en la prensa respecto a sus negocios familiares con Pemex o los reproches que suelen hacerle los legisladores de la oposición, como los que le lanzaron en su más reciente comparecencia en la Cámara de Diputados. Por lo general los oye, como el que ve llover. En otras palabras, le vale. Por ejemplo, cuando el diputado priista Carlos Armando Biebrich le preguntó desde su curul: "¿Sabe usted, señor secretario, que su trayectoria más se acerca a su capacidad para hacer negocios que a la conducción de la política interior del país?", él nada más lo miró como diciéndole: "¿Cómo se atreve un priista ruco a hablar de corrupción?". La verdad es que por más que lo atacaban, él se comportaba como todo un hombrecito, nada más se limitaba a leer las tarjetas que le llevaba su staff de asesores. Jamás, se exaltó ni se puso nervioso ni gesticuló, ni nada. Sinceramente no sé qué tanto le reprochan a mi Niño Mouriño. El otro día que estaba en YouTube, se me ocurrió poner su nombre en la barrita. Híjole, no lo podía creer. Salen un chorro de videos de cachitos de noticiarios donde de plano lo balconean por sus dizque negocios familiares con Pemex. Me dio un coraje... la verdad, es que se me hizo de lo más injusto. ¿Acaso no ha aclarado "N" veces que los contratos que firmó como "contratista" nada más fueron durante el sexenio de Fox? Esos negocios ya pertenecen al pasado. Es obvvvvvioooooo que ahora con sus nuevas responsabilidades ya no firmará ni un solo contrato, sobre todo desde la propuesta de la Reforma Energética del Presidente. No, no me explico, ¿por qué lo atacan tanto? ¿Por qué dicen que no tiene experiencia ni conoce a fondo la historia de México, ni mucho menos sus problemas sociales? ¿Por qué lo critican tanto nada más por el solo hecho de ser el consentido del Presidente? ¿Por qué siempre le reprocharán que su familia es súper millonaria y que es dueña de muchos ranchos en Campeche? ¿Qué tiene de malo que desde chiquito tenga la nacionalidad española a la cual no se puede renunciar jamás? ¿Por qué sus enemigos insisten en decir que está rebasado con todo lo que está pasando en el país y que no representa un interlocutor como eran tradicionalmente los secretarios de Gobernación como eran Ruiz Cortines, Reyes Heroles y Gutiérrez Barrios? ¡Híjole, qué exagerados son! Nunca de los nuncas habíamos tenido un secretario de Gobernación con la categoría y la clase que tiene el Niño Mouriño. No es casual que de todo, todo el gabinete del presidente Calderón, él haya sido el único, the only one, que ha salido en la portada de la revista Quién y que seguramente ya se convirtió en un número de colección, como se convirtieron todas en las que aparecían Vicente y Martita. ¡Qué bueno que a los del PAN les siga gustando salir en las revistas del corazón y que no les dé nada de pena hablar de su vida privada como fue el caso de Santiago Creel cuando dio a conocer que tenía una hija con Edith González, o Diego Fernández de Cevallos cuando anunció su compromiso con su nueva novia, o cuando el embajador de México en España, Jorge Zermeño, salió retratado con su prometida.
Bueno, pues cuando compré la Quién de febrero, exclamé Oh, my God! al ver la foto del Niño Mouriño a todo color. Se veía guapísimo con su corbata azul cielo que le quedaba perfecto a su traje Hermenegildo Zegna. Juro que hasta parece modelo de GQ. No, más bien de Hugo Boss. Gracias a la revista me enteré de un chorro de cosas. Por ejemplo que tiene un súper ritmo al bailar salsa y cumbia, que nunca se quita el saco del traje porque como dice uno de sus amigos: "Así esté bañado en sudor, Juan Camilo siempre tiene algo que le cubra la cadera o lo suficientemente holgado para que la disimule. Es que esa parte de su cuerpo es anchita y no le gusta", que su hija María de los Ángeles ganó a los siete años el Concurso Nuestra Belleza Infantil Campeche 2007; que su rancho se llama Villa Gely y que está en un pequeño pueblo de 500 mil habitantes; que su papá, empresario de origen español y dueño de 38 gasolineras y más de 70 franquicias, compró en el 2004 el Celta de Vigo por 4 millones de euros; que su esposa Mari Gely, como la llama, inscribió a sus hijos en colegios dirigidos por Legionarios de Cristo; que es un magnífico anfitrión a quien le gusta organizar cenas, pedidas al restaurante El Lago, en su departamento en Las Lomas; que de pequeño le decían "Iván"; que pesa 70 kilos; que tiene los ojos azules; que estudió en la Universidad en Tampa, Florida; que tiene un título de economista; que tiene 36 años; que es católico; que su signo del zodiaco es Leo; que los fines de semana le encanta viajar a Campeche; que es cliente frecuente del Love, el antro de moda en el Distrito Federal; que le encanta jugar futbol en Los Pinos con el presidente de la República; y que su sueldo al mes es de 150,212.54 pesos.
Ojalá que la coordinadora de Alternativa, Marina Arvizu, en lugar de criticar sin saber, se haga de la Quién de febrero y no diga cosas respecto al Niño Mouriño, como las que dijo en la Cámara de Diputados. Nada más de acordarme se me revuelve el estómago: "¿No ha planeado usted, en ningún momento, dar un paso al costado y permitirle al Presidente fortalecer esta área de trabajo gubernamental?". Pero lo bueno es que la calló y con toda su contundencia le dijo muy hombrecito: "Me quedan claras sus inquietudes y le contesto que soy un mexicano absolutamente comprometido con la función que desempeño y absolutamente resuelto a ser parte de la solución del problema".
Sí, sin duda, el Niño Mouriño es y será parte de la solución de todos nuestros problemas.
Layda Sansores, de Convergencia, pudiera hacerse de la revista Quién del mes de febrero, para que se diera cuenta de la calidad humana y profesional del Niño Mouriño. La verdad es que no le perdono lo que le dijo a él y al Presidente en la Cámara de Diputados: "Los envía Calderón. Él no tiene ninguna autoridad moral para convocar a la unidad, cuando él fue el que vino del 'haiga sido como haiga sido' y vino a alentar el encono entre los mexicanos, pero además tiene un cuate al frente del gabinete de seguridad. El secretario de Gobernación representa, personifica la corrupción y la impunidad en las más altas esferas del poder, al amparo del cuatismo".
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